Cuentan que un orador célebre en Grecia,
mansión en otro tiempo soberana
de cuanta ciencia humana
el sabio mundo aprecia,
quiso las ruinas visitar de Troya:
Simón, su amigo, el pensamiento apoya,
que aunque no es anticuario,
antes por el contrario
tiene su si es no es de tarambana,
le entró no poca gana
de ver tierra también...