• Del álamo frondoso
    las verdes hojas ya se han marchitado;
    el segador cansado
    en mitad de la mies toma reposo.
    Por aquí un arroyuelo bullicioso
    con aguas cristalinas corrió antes,
    ora un aire inflamado
    y de la seca arena el polvo ardiente
    enciende al fatigado pasajero.

    Un delicioso otero
    del Tormes rodeado
    con...