• Desde el umbral de un sueño me llamaron...
    Era la buena voz, la voz querida.
    -Dime: ¿vendrás conmigo a ver el alma?....
    Llegó a mi corazón una caricia.
    -Contigo siempre....Y avancé en mi sueño
    por una larga, escueta galería,
    sintiendo el roce de la veste pura
    y el palpitar suave de la mano amiga.

  • Infinito deseo de alas,
    continuas nostalgias de vuelo:
    corazón mío que te exhalas
    como grano de mirra al cielo.

    Beso, rosa, mujer y lira:
    ya sé la vanidad de todo;
    sé de la sierpe que conspira
    contra la estrella, desde el lodo;

    de la penumbra en que su flecha
    aguza deidad vengativa;
    del ojo del caos que acecha
    nuestra miseria...