• Crece en la plaza en sombra
    el musgo, y en la piedra vieja y santa
    de la iglesia. En el atrio hay un mendigo...
    Más vieja que la iglesia tiene el alma.
    Sube muy lento, en las mañanas frías,
    por la marmórea grada,
    hasta un rincón de piedra... Allí aparece
    su mano seca entre la rota capa.
    Con las órbitas huecas de sus ojos
    ha visto cómo...