• Es una hermosa noche de verano.
    Tienen las altas casas
    abiertos los balcones
    del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
    En el amplio rectángulo desierto,
    bancos de piedra, evónimos y acacias
    simétricos dibujan
    sus negras sombras en la arena blanca.
    En el cenit, la luna, y en la torre,
    la esfera del reloj iluminada.
    Yo en este viejo...

  • Un año más. El sembrador va echando
    la semilla en los surcos de la tierra.
    Dos lentas yuntas aran,
    mientras pasan las nubes cenicientas
    ensombreciendo el campo,
    las pardas sementeras,
    los grises olivares. Por el fondo
    del valle, el río el agua turbia lleva.
    Tiene Cazorla nieve,
    y Mágina, tormenta;
    su montera, Aznaitín. Hacia Granada...

  • ¡Oh figuras del atrio, más humildes
    cada día y lejanas:
    mendigos harapientos
    sobre marmóreas gradas;
    miserables ungidos
    de eternidades santas,
    manos que surgen de los mantos viejos
    y de las rotas capas!
    ¿Pasó por vuestro lado
    una ilusión velada,
    de la mañana luminosa y fría
    en las horas más plácidas?...
    Sobre la...

  • ¡Oh tarde luminosa!
    El aire está encantado.
    La blanca cigüeña
    dormita volando,
    y las golondrinas se cruzan, tendidas
    las alas agudas al viento dorado,
    y en la tarde risueña se alejan
    volando, soñando...
    Y hay una que torna como la saeta,
    las alas agudas tendidas al aire sombrío,
    buscando su negro rincón del tejado.
    La...

  • Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario.
    Girando en torno a la torre y al caserón solitario,
    ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno,
    de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno.
    Es una tibia mañana.
    El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.
    Pasados los verdes pinos,
    casi azules,...

  • ¡Primavera soriana, primavera
    humilde, como el sueño de un bendito,
    de un pobre caminante que durmiera
    de cansancio en un páramo infinito!
    ¡Campillo amarillento,
    como tosco sayal de campesina,
    pradera de velludo polvoriento
    donde pace la escuálida merina!
    ¡Aquellos diminutos pegujales
    de tierra dura y fría,
    donde apuntan...

  • I
    ¡Sólo tu figura,
    como una centella blanca,
    en mi noche oscura!
    *
    ¡Y en la tersa arena,
    cerca de la mar,
    tu carne rosa y morena,
    súbitamente, Guiomar!
    *
    En el gris del muro,
    cárcel y aposento,
    y en un paisaje futuro
    con sólo tu voz y el viento;
    *
    en el nácar...

  • ¡ Oh cámaras del tiempo y galerías
    del alma, tan desnudas!,
    dijo el poeta. De los claros días
    pasan las sombras mudas.
    Se apaga el canto de las viejas horas
    cual rezo de alegrías enclaustradas;
    el tiempo lleva un desfilar de auroras
    con séquito de estrellas empañadas.
    ¿Un mundo muere? ¿Nace
    un mundo? ¿En la marina
    panza del globo...

  • Ya en los campos de Jaén
    amanece. Corre el tren
    por los brillantes rieles,
    devorando matorrales,
    alcaceles,
    terraplenes, pedregales,
    olivares, caseríos,
    praderas y cardizales,
    montes y valles sombríos.
    Tras la turbia ventanilla,
    pasa la devanadera
    del campo de primavera.
    La luz en el techo brilla
    de mi vagón de...

  • I
    Era un niño que soñaba
    un caballo de cartón.
    Abrió los ojos el niño
    y el caballito no vio.
    Con un caballito blanco
    el niño volvió a soñar;
    y por la crin lo cogía...
    ¡Ahora no te escaparás!
    Apenas lo hubo cogido,
    el niño se despertó.
    Tenía el puño cerrado.
    ¡El caballito voló!
    Quedóse el niño muy serio...