• ¡Qué! ¡De las ondas el hervor insano
    Mece por fin mi lecho estremecido!
    ¡Otra vez en el Mar!... Dulce a mi oído
    Es tu solemne música, Oceano.
    ¡Oh! ¡cuántas veces en ardientes sueños
    Gozoso contemplaba
    Tu ondulación, y de tu fresca brisa
    El aliento salubre respiraba!
    Elemento vital de mi existencia,
    De la vasta creación mística parte,...