• Dedicada en prenda de respetuosa admiración y de profundo reconocimiento a la señora María Juana Christie de Serrano
      
       
    Ahí estás otra vez. . . ! El mismo hechizo
    Que años ha conocí, monstruo de gracia,
    Blanco, fascinador, enorme, augusto,
    Sultán de los torrentes,
    Muelle y sereno en tu sin par pujanza.
    ¡Ahí estás siempre el Niágara!...

  • Templad mi lira, dádmela, que siento
    En mi alma estremecida y agitada
    Arder la inspiración. ¡Oh! ¡cuánto tiempo
    En tinieblas pasó, sin que mi frente
    Brillase con su luz...! Niágara undoso,
    Tu sublime terror sólo podría
    Tornarme el don divino, que ensañada
    Me robó del dolor la mano impía.

    Torrente prodigioso, calma, calla
    Tu trueno...