SILENCIO...! soledad...! En torno mío
No susurran las auras bullidoras;
Prensa mi corazón infortunado
El invencible hastío.
Ya estoy aquí cansado,
Al pié del tronco de la añosa encina,
Trayendo á la memoria
De mis placeres la fugaz historia.
Ya estoy aquí solícito buscando,
Si no el placer, el que perdí sosiego:
Ya cansaron mi oído...
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Es mediodía. Un parque.
Invierno. Blancas sendas;
simétricos montículos
y ramas esqueléticas.
Bajo el invernadero,
naranjos en maceta,
y en un tonel pintado
de verde, la palmera.
Un viejecillo dice,
para su capa vieja:
«¡El sol, esta hermosura
de sol!...» Los niños juegan.
El agua de la fuente
resbala, corre...