• (Música de Romagnesi.)

    Ese ingrato que tanto quieres
    imita al fin tu ligereza;
    él te abandona, y tú prefieres
    su veleidad a mi firmeza.
    ¡Ay! El que te hace así penar
    no merece, no, tu ternura;
    a mí, que adoro tu hermosura,
    vuélveme a amar, vuélveme a amar.

    Amable Rosa, ¿por qué lloras?
    Ese cruel que te entristece,...