El ángel bueno, y el ángel malo
Es el hombre sin penas ni reveses,
antes de ver la luz que el mundo dora,
fruto amargo que agrava nueve meses
el seno maternal en donde mora.
Fruto de la mujer que poseída
de la fiebre de amor, que abrasa tanto,
lo compra con placer de corta vida,
que redime después con largo llanto.
Fruto, que al árbol...