• ¿Mí corazón se ha dormido?
    Colmenares de mis sueños,
    ¿ya no labráis? ¿Está seca
    la noria del pensamiento,
    los cangilones vacíos,
    girando, de sombra llenos?
    No; mi corazón no duerme.
    Está despierto, despierto.
    Ni duerme ni sueña; mira,
    los claros ojos abiertos,
    señas lejanas y escucha
    a orillas del gran silencio.