La excelsa roca pisa,
de amantes desamados visitada,
con planta no indecisa,
la lesbiana divina poetisa
del ingrato Faón enamorada.
Escucha en lo hondo y mira,
impávida, agitarse en son horrendo
del mar la indócil ira;
y por última vez pulsa la lira,
al aire estos lamentos esparciendo:
«Adiós por siempre, oh vida;
adiós, oh...