• ¡Qué de cantos se principian
    para no ser terminados,
    porque se entristece el alma
    y el corazón desmayado
    las alas pliega, cual madre
    que agotó todo su llanto!
    Tú lo entiendes, lo has sentido,
    y dices muy bien, hermano:
    «Son como telas de araña
    esos inconclusos cantos».

    He visto a ese insecto humilde
    comenzar con entusiasmo...