Un dia, ¡primero Dios!
Has de quererme un poquito
yo levantaré el ranchito
en que vivamos los dos.
¿Qué mas pedir? Con tu amor,
mi rancho, un árbol, un perro,
y enfrente el cielo y el cerro
y el cafetalito en flor.
Y entre aroma de saúcos,
un zezontle que cantara
y una poza que copiara
parajitos y bejucos.
Lo que los...