• Es un flete criollo, violento y amontonado.

    Vive para el llano.

    Sus vasos son ebrios de verde y la tarde, en crepúsculo orificado, se enamoró de sus ojos.

    Comió pampa, en gramilla y trébol, y su hocico resopla vastos golpes, en sed de horizonte.

    La línea, la eterna línea, allá, en que se acuesta el cielo.

    Contra el amanecer, cuando la noche olvida sus...