• Me contó el campanero esta mañana
    Que el año viene mal para los trigos.
    Que Juan es novio de una prima hermana
    Rica y hermosa. Que murió Susana.
    El campanero y yo somos amigos.

    Me narró amores de sus juventudes
    Y con su voz cascada de hombre fuerte,
    Al ver pasar los negros ataúdes
    Me hizo la narración de mil virtudes
    Y hablamos de la...

  • A Alejandro Quijano

    En la cúspide radiante
    que el metal de mi persona
    dilucida y perfecciona,
    y en que una mano celeste
    y otra de tierra me fincan
    sobre la sien la corona;
    en la orgía matinal
    en que me ahogo en azul
    y soy como un esmeril
    y central y esencial como el rosal;
    en la gloria en que melifluo
    soy...

  • Soy el mendigo cósmico y mi inopia es la suma
    de todos los voraces ayunos pordioseros;
    mi alma y mi carne trémulas imploran a la espuma
    del mar y al simulacro azul de los luceros.

    El cuervo legendario que nutre al cenobita
    vuela por mi Tebaida sin dejarme su pan,
    otro cuervo transporta una flor inaudita,
    otro lleva en el pico a la mujer de Adán,...

  • En estos hiperbólicos minutos
    en que la vida sube por mi pecho
    como una marea de tributos
    onerosos, la plétora de vida
    se resuelve en renuncia capital
    y en miedo se liquida.

    Mi sufrimiento es como un gravamen
    de rencor, y mi dicha como cera
    que se derrite siempre en jubileos,
    y hasta mi mismo amor es como un tósigo
    que en la raíz del...

  • Yo sólo soy un hombre débil, un espontáneo
    que nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.

    A medida que vivo ignoro más las cosas;
    no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas,

    Sólo estuve sereno, como en un trampolín,
    para saltar las nuevas cinturas de las Martas
    y con dedos maniáticos de sastre, medir cuartas
    a un talle de caricias ideado por...

  • Piano llorón de Genoveva, doliente piano
    que en tus teclas resumes de la vida el arcano;
    piano llorón, tus teclas son blancas y son negras;
    como mis días negros, como mis blancas horas;
    piano de Genoveva que en la alta noche lloras,
    que hace muchos inviernos crueles que no te alegras:
    tu música es historia de poéticos males,
    habla de encantamientos y...

  • Mejor será no regresar al pueblo,
    al edén subvertido que se calla
    en la mutilación de la metralla.

    Hasta los fresnos mancos,
    los dignatarios de cúpula oronda,
    han de rodar las quejas de la torre
    acribillada en los vientos de fronda.

    Y la fusilería grabó en la cal
    de todas las paredes
    de la aldea espectral,
    negros y aciagos mapas,...

  • Una música íntima no cesa,
    porque transida en un abrazo de oro
    la Caridad con el Amor se besa.

    ¿Oyes el diapasón del corazón?
    Oye en su nota múltiple el estrépito
    de los que fueron y de los que son.

    Mis hermanos de todas las centurias
    reconocen en mí su pausa igual,
    sus mismas quejas y sus propias furias.

    Soy la fronda parlante en que se...

  • Soñé que comulgaba, que brumas espectrales
    envolvían mi pueblo, y que Nuestra Señora
    me miraba llorar y anegar su Santuario.

    Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuera
    e hizo crecer las calles como en un temporal;
    y los niños echaban sus barcos papeleros,
    y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,
    según se dice en la moda de la provincia,...

  • Soñé que la ciudad estaba dentro
    del más bien muerto de los mares muertos.
    Era una madrugada del invierno
    y lloviznaban gotas de silencio.

    No más señal viviente, que los ecos
    de una llamada a misa, en el misterio
    de una capilla oceánica, a lo lejos.

    De súbito me sales al encuentro
    para volar a ti, le dio su vuelo
    el Espíritu Santo a mi...