• Doy a los cuatro vientos los loores
    de tus dedos de clásica finura
    que preparan el pan sin levadura
    para el banquete de nuestros amores.

    Saben de las domésticas labores
    lucen en el mantel su compostura
    y apartan, de la verde, la madura
    producción de los meses frutidores.

    Para gloria de Dios en homenaje
    a tu excelencia, mi soneto adorna...