• ¿Conoces, como yo, el dolor sabroso?,
    Y de ti haces decir: "¡Oh, que hombre singular!"
    -Iba yo a morir. Era aquello en mi alma amorosa,
    Deseo mezclado al horror, un mal particular;

    Angustia y viva esperanza, sin humor ficticio.
    Cuanto más se vaciaba la fatal ampolleta,
    Más áspera y deliciosa era mi tortura;
    Todo mi corazón se desprendía del mundo...

  • ¡Tus hermosos ojos están fatigados, pobre amante!
    Quédate mucho tiempo, sin volverlos a abrir,
    En esa postura indolente
    En que te sorprendió el placer.
    En el patio el surtidor que brota
    Y no se calla ni de noche ni de día,
    Entretiene dulcemente el éxtasis
    En que, en esta tarde me sumió el amor.

    El haz desparramado
    En mil flores,
    ...

  • Cuando el carruaje pasaba por el bosque, mandó parar en las cercanías de un tiro, diciendo que le sería grato tirar unas balas para matar el Tiempo. Matar a ese monstruo, ¿no es la ocupación más ordinaria y más legítima de cada cual? Y ofreció galantemente la mano a su querida, deliciosa y execrable mujer, a aquella mujer misteriosa a quien debía tantos placeres, tantos dolores, y acaso...

  • «A la vista del cementerio, Bebidas.» ¡Muestra singular -díjose nuestro paseante-, pero buena para excitar la sed! De fijo que el dueño de esta taberna sabe apreciar a Horacio y a los poetas discípulos de Epicuro Quizá hasta conoce el profundo refinamiento de los antiguos egipcios, para quien no había buen festín sin esqueleto o sin un emblema cualquiera de la brevedad de la vida.»

    Y...

  • A Franz Liszt.

    ¿Qué es un tirso? Según el sentido moral y poético, es un emblema sacerdotal en manos de los sacerdotes o de las sacerdotisas que celebran a la divinidad, cuyos intérpretes y servidores son. Pero, físicamente, no es más que un palo, un sencillo palo, percha de lúpulo, rodrigón de viña, seco, duro y derecho. En derredor de ese palo, en...

  • El Odio es el tonel de las pálidas Danaides;
    La Venganza consternada con brazos rojos y fuertes
    Se ha complacido en precipitar en sus tinieblas vacías
    Grandes cubos colmados de sangre y de lágrimas de los muertos,

    El Demonio hace hoyos secretos en esos abismos,
    Por donde huirían mil años de sudores y esfuerzos,
    Aunque ella lograra reanimar sus víctimas,...

  • Tú que, como una cuchillada,
    En mi corazón doliente has entrado;
    Tú que, fuerte como un tropel
    De demonios, llegas, loca y adornada,

    De mi espíritu humillado
    Haces tu lecho y tu imperio,
    —Infame a quien estoy ligado,
    Como el forzado a la cadena,

    Como al juego el jugador empedernido,
    Como a la botella el borracho,
    Como a los gusanos...

  • El vino sabe revestir el más sórdido antro
    De un lujo milagroso,
    Y hace surgir más de un pórtico fabuloso
    En el oro de su vapor rojizo,
    Como un sol poniéndose en un cielo nebuloso.

    El opio agranda lo que no tiene límites,
    Prolonga lo ilimitado,
    Profundiza el tiempo, socava la voluptuosidad,
    Y de placeres negros y melancólicos
    Colma el alma...

  • I

    Para el niño, enamorado de mapas y estampas,
    El universo es igual a su vasto apetito.
    ¡Ah! ¡Cuan grande es el mundo a la claridad de las lámparas!
    ¡Para las miradas del recuerdo, el mundo qué pequeño!

    Una mañana zarpamos, la mente inflamada,
    El corazón desbordante de rencor y de amargos deseos,
    Y nos marchamos, siguiendo el ritmo de la onda...

  • Por doquiera se ostentaba, se derramaba, se solazaba el pueblo en holgorio. Era una solemnidad de esas que, con mucha antelación, son esperanza de los saltimbanquis, de los prestidigitadores, de los domadores de bichos y de los vendedores ambulantes, para compensar los malos tiempos del año.

    En días así, el pueblo me parece que se olvida de todo, del dolor y del trabajo; se vuelve como...