En medio de los frascos, de las telas recamadas
Y de los muebles voluptuosos,
Mármoles, cuadros, ropas perfumadas
Se arrastran en pliegues suntuosos,

En una alcoba tibia donde, como en un invernáculo,
El aire es peligroso y fatal,
Donde los ramilletes...

Mi corazón, como un pájaro, voltigeaba gozoso
Y planeaba libremente alrededor de las jarcias;
El navío rolaba bajo un cielo sin nubes,
Cual un ángel embriagado de un sol radiante.

¿Qué isla es ésta, triste y negra? —Es Citerea,
Nos dicen, país celebrado en las...

Una noche que estaba junto a una horrible judía,
Como a la vera de un cadáver, un cadáver tendido,
Me dediqué a pensar, cerca de aquel cuerpo vendido,
En la triste belleza de la que mi deseo se priva.

Me representé su majestad nativa,
Su mirada de vigor y de...

Recuerdas el objeto que vimos, mi alma,
Aquella hermosa mañana de estío tan apacible;
A la vuelta de un sendero, una carroña infame
Sobre un lecho sembrado de guijarros,

Las piernas al aire, como una hembra lúbrica,
Ardiente y exudando los venenos,
Abría de...

Este del cual te ofrendamos la imagen,
Y cuyo arte, sutil entre todos,
Nos enseña a reír,
Este, lector, es un sabio.

Es un satírico, un burlón;
Pero, la energía con la cual
El pinta el Mal y su secuela,
Prueba la belleza de su corazón.

Su risa no...

Cien veces había brotado ya el Sol radiante o contristado de la cuba inmensa del mar, cuyos bordes apenas se dejan ver; cien veces se había vuelto a sumergir, centelleante o lúgubre, en su inmenso baño vespertino. Desde muchos días atrás podíamos contemplar el otro lado del firmamento y...

Yo amo el recuerdo de esas épocas desnudas,
En que Febo se complacía en dorar las estatuas,
Cuando el hombre y la mujer en su agilidad
Gozaban sin mentira y sin ansiedad,
Y, el cielo amoroso acariciándoles el lomo,
Desplegaban la salud de su noble máquina.
...

Yo no he olvidado, vecina a la ciudad,
Nuestra blanca morada, pequeña pero tranquila;
Su Pomona de yeso y su vieja Venus
En un bosquecillo insignificante ocultando sus miembros desnudos,

Y el sol, en la tarde, refulgente y soberbio,
Que, detrás del cristal en que...

Yo te adoro al igual que la bóveda nocturna,
Oh, vaso de tristeza, oh gran taciturna,
Y te amo lo mismo, bella, cuando tú me huyes,
Y cuando me pareces, ornamento de mis noches,
Más irónicamente acumular las leguas
Que separan mis brazos de las inmensidades azules...

Yo te doy estos versos a fin de que, si mi nombre
Aborda afortunadamente las épocas lejanas,
Y hace soñar una noche los cerebros humanos,
Navío favorecido por un gran aquilón,

Tu memoria, semejante a las fábulas inciertas,
Fatiga al lector como un tímpano,
Y...