Un frío domingo antipático
vi un lijoso y doliente enjambre:
en un paseo aristocrático
una manifestación de hambre.
Fue en la Castellana elegante,
jardín de modas y arrumacos,
donde resuena extravagante
la sandez de los currutacos.
Pobres obreros miserables,
mujeres, ex-hombres gorkianos,
niños de faces espantables,...