•   Hay un Madrid que no tiene ni flores, ni fuentes, ni frondas.
     Un Madrid paria y viudo. Sus acacias orondas
     y sus olmos son muy pobre limosna para sus vías mondas.
     ¡Oh, Madrid de las rondas!

      Madrid de los gasómetros redondos, cual grandes tambores.
     Madrid de las esbeltas humeantes chimeneas.
     Madrid de los obreros denegridos y trabajadores
     y...