• Trasmútase mi alma en tu presencia
    como un florecimiento,
    que se vuelve cosecha.

    Los amados espectros de mi rito
    para siempre me dejan;
    mi alma desazona
    como pobre chicuela
    a quien prohiben en el mes de mayo
    que vaya a ofrecer flores en la iglesia.

    Mas contemplo en tu rostro
    la redecilla de medrosas venas,
    como un azul...