• Yo meditaba absorto, devanando
    los hilos del hastío y la tristeza,
    cuando llegó a mi oído,
    por la ventana de mi estancia, abierta
    a una caliente noche de verano,
    el plañir de una copla soñolienta,
    quebrada por los trémolos sombríos
    de las músicas magas de mi tierra.
    ...Y era el Amor, como una roja llama...
    -Nerviosa mano en la...