El orgulloso roble cierto día
a la flexible caña así decía:
¡cuán injusto contigo me parece
el padre de los dioses! ¡Pobre arbusto!
Un régulo ligero te estremece,
y te dobla a su gusto.
Al impulso de Céfiro impotente
inclinas sin defensa humilde frente:
yo, no sólo detengo sin trabajo
del sol molestos rayos, mas el viento
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