• I

    Oh mi ciudad querida, hoy tan lejana
    y tan inaccesible a mi deseo,
    que al evocarte en mi memoria creo
    que fuiste un sueño de mi edad temprana!

    Te evoco así, como a quimera vana,
    y al evocarte, sin cesar te veo
    resplandecer bajo el ardor febeo
    sobre la gran quietud de la sabana.

    Y al pensar que en ti van, hora tras hora,
    ...