¡Cuán penetrante es el final del día en otoño! ¡Ay! ¡Penetrante hasta el dolor! Pues hay en él ciertas sensaciones deliciosas, no por vagas menos intensas; y no hay punta más acerada que la de lo infinito.

¡Delicia grande la de ahogar la mirada en lo inmenso del cielo y del mar! ¡Soledad...

Por encima de los lagos, por encima de los valles,
De las montañas, de los bosques, de las nubes, de los mares,
Allende el sol, allende lo etéreo,
Allende los confines de las esferas estrelladas,

Mi espíritu, tú me mueves con agilidad,
Y, como un buen nadador que...

Hay que estar siempre borracho. Todo consiste en eso: es la única cuestión. Para no sentir la carga horrible del Tiempo, que os rompe los hombros y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaros sin tregua.

Pero ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, de lo que queráis. Pero...

-Pero, ¿cómo? ¿Vos por aquí, querido? ¡Vos en un lugar de perdición! ¡Vos, el bebedor de quintas esencias! ¡Vos, el comedor de ambrosía! En verdad, tengo de qué sorprenderme.

Querido, ya conocéis mi terror de caballos y de coches. Hace un momento, mientras cruzaba el bulevar, a toda prisa...

Novis te cantabo chordis,
O novelletum quod ludís
In solitudine cordis.

Esto sertis implicata,
O femina delicata,
Per quam solvuntur peccata!

Sicut beneficum Lethe,
Hauriam oscula de te,
Quae imbuta es magnete.

Quum vitiorum tempestas...

A la amadísima, a la muy hermosa
Que colma mi corazón de claridad,
Al ángel, al ídolo inmortal,
¡Salve en la inmortalidad!

Ella se derrama en mi vida
Como un soplo impregnado de sal,
Y en mi alma insaciable
Vierte el sabor de lo Eterno.

Sachet...

¿Vienes del cielo profundo o surges del abismo,
Oh, Belleza? Tu mirada infernal y divina,
Vuelca confusamente el beneficio y el crimen,
Y se puede, por eso, compararte con el vino.

Tú contienes en tu mirada el ocaso y la aurora;
Tú esparces perfumes como una tarde...

De este cielo extravagante y lívido,
Atormentado como tu destino,
¿Qué pensamientos en tu alma vacía
Descienden? Responde, libertino.

—Insaciablemente, ávido
De lo oscuro y lo incierto,
Yo no gemiré como Ovidio
Arrojado del paraíso latino.

Cielos...

Marchan ante mí, estos Ojos llenos de luces,
Que un Ángel sapientísimo sin duda ha imantado;
Avanzan, esos divinos hermanos que son mis hermanos,
Sacudiendo ante mis ojos sus fuegos diamantinos.

Salvándome de toda trampa y de todo pecado grave,
Conducen mis pasos...

En las tierras cenicientas, calcinadas, sin verdor,
Como yo me lamentara un día a la Natura,
Mientras mi pensamiento vagaba al azar,
Agucé lentamente sobre mi corazón el puñal,
Y vi en pleno mediodía descender sobre mi cabeza
La nube fúnebre y pesada de una...