También titulada: En la prisión

Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio...

De nuevo, ¡oh Salamanca!
estoy aquí , de la prisión salido.
La frente toda blanca,
el cuerpo envejecido.
¡Si las canas me hiciese más temido!
Sosegado ya un tanto
vuelvo a emprender la vía abandonada
sin rencor ni quebranto.
¿Fe y vida está salvada...