José Joaquín de Olmedo

  • Díceme un dios que dentro el pecho siento,
    que al nacer se me dio fuego divino,
    sólo porque cantara ¡oh Grimanesa!,
    las gracias, la virtud y la belleza.
    Yo cumplí, no sin gloria, mi destino,
    cuando mi corazón y el alma mía
    en vivo amor y juventud ardía.

    ...
  • A J. R. O.

    Y tú, mi dulce amigo,
    que con la caza alegre
    el afanoso estudio
    alternas y entretienes,
    sigue, sigue gozando
    el placer de los reyes;
    la diosa de los bosques
    su gracia te promete.

    Mas si en la selva umbrosa
    dos...

  • Para templar el calor
    de la estación y la edad,
    me abandonas sin piedad,
    mi hechizo, mi único amor.
    Te engañas, porque el ardor
    de un alma fina y constante,
    si está de su bien distante,
    crece en el agua, en la nieve,
    y sólo templarse debe
    en...

  • AMOR de patria comprende
    cuanto el hombre debe amar:
    Su Dios, sus leyes, su hogar,
    y el honor que los defiende.

    BONDAD, bella cualidad
    que siempre logra alabanza,
    aplausos y premios alcanza,
    inmensa felicidad.

    CANDOR en toda expresión,
    ...

  • ¿Dónde corres, Cupido,
    a la luz de tus fuegos,
    seguido de tu madre
    tan alegre y contento?
    Para más bien, y llora:
    no todos son tus siervos;
    la joven que yo adoro
    se resiste a tu imperio.

    Deja ya ese arco flojo
    por el uso y el tiempo,
    ...

  • No fue tu gloria el combatir valiente,
    ni el derrotar las huestes castellanas;
    otros también con lanzas inhumanas
    anegaron en sangre el continente.

    Gloria fue tuya el levantar la frente
    en el solio sin crimen, las peruanas
    layes santificar, y en las...

  •    Cual águila inexperta, que impelida
    del regio instinto de su estirpe clara,
    emprende el precoz vuelo
    en atrevido ensayo,
    y elevándose ufana, envanecida,
    sobre las nubes que atormenta el rayo,
    no en el peligro de su ardor repara,
    y a su ambicioso...

  • Arroyo cristalino,
    que con susurro blando
    vas del monte a la selva
    y de la selva al prado;

    travieso cefirillo,
    que con tu aliento grato
    mueves hojas y flores
    que son gala del campo;

    parleras avecillas,
    que en trinos regalados,
    cuando...

  •    Ya se acerca, amor mío,
    ¡ay!, palomita mía,
    ya se acerca ¡ay!, el día
    que nos va a dividir.
        Sólo tristes memorias
    y recuerdos fatales...
    de amor todos los males
    me quedan que sufrir.

       Como tórtola viuda
    que triste a cada hora...