Rima XXXV

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Para que los leas con tus ojos grises,
para que los cantes con tu clara voz,
para que llenen de emoción tu pecho,
hice mis versos yo.

Para que encuentren en tu pecho asilo
y les des juventud, vida, calor,
tres cosas que yo no puedo darles,
hice mis...

XIII.

Tu pupila es azul, y cuando ríes,
Su clarídad suave me recuerda
El trémulo fulgor de la mañana
Que en el mar se refleja.

Tu pupila es azul, y cuando lloras,
Las trasparentes lágrimas en ella
Se me figuran gotas de rocío
Sobre una violeta...

Sobre la falda tenía
El libro abierto;
En mi mejilla tocaban
Sus rizos negros;
No veíamos las letras
Ninguno, creo;
Mas guardábamos ambos
Hondo silencio.
¿Cuanto duró? Ni aun entonces
Pude saberlo;
Sólo sé que no se oía
Más...

En la clave del arco ruinoso
cuyas piedras el tiempo enrojeció,
obra de un cincel rudo campeaba
el gótico blasón.

Penacho de su yelmo de granito,
la yedra que colgaba en derredor
daba sombra al escudo en que una mano
tenía un corazón.

A...

Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¿quién se sentará?

Cuando la trémula mano
tienda próximo a expirar
buscando una mano amiga,
¿quién la estrechará?

Cuando la muerte vidríe
de mis ojos el cristal,...