José Fornaris

  • I

    ¡Qué hermosos brillan los campos
    de mi Cuba idolatrada,
    coronados de rocío
    y mecidos por las auras,
    cuando la luna ilumina
    allá por la madrugada!
    Alegres los estancieros
    dejan sus pobres hamacas:
    el uno el terreno siembra
    de...

  • Ayer corrió el arroyo de linfa transparente
    en reducido lecho con lánguido rumor;
    hoy surge caudaloso y arrastra en su creciente
    los juncos de la orilla, las hojas de la flor.

    Ayer perdió el arroyo sus olas y sus giros:
    vio pálido el nenúfar, marchito el alhelí;...