Nada resta de ti

Nada resta de ti... te hundió el abismo...
te tragaron los monstruos de los mares.
No quedan en los fúnebres lugares
ni los huesos siquiera de ti mismo.
Fácil de comprender, amante Alberto,
es que perdieras en el mar la vida,
mas no comprende el alma dolorida
cómo yo vivo cuando tú ya has muerto.
¡¡Darnos la vida a mí y a ti la muerte;
darnos a ti la paz y a mí la guerra,
dejarte a ti en el mar y a mí en la tierra
es la maldad más grande de la suerte!!

Cádiz, 1848

Collection: 
1841

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  • Nada resta de ti... te hundió el abismo...
    te tragaron los monstruos de los mares.
    No quedan en los fúnebres lugares
    ni los huesos siquiera de ti mismo.
    Fácil de comprender, amante Alberto,
    es que perdieras en el mar la vida,
    mas no comprende el alma dolorida...

  • ¡Qué hermoso es Dios, qué hermosa su cabeza!
    ¡Qué gallardo su andar, su voz qué suave!
    Rasgos los cielos son de su belleza,
    pasos los siglos de su marcha grave;
    la voz de la inmortal naturaleza
    de sus conciertos la sonora clave,
    su acento arroba, su mirar...

  • Contenido

    - [1 I](#I)
    - [2 II](#II)
    - [3 III](#III)
    - [4 IV](#IV)
    - [5 V](#V)
    - [6 VI](#VI)

    I[[editar](/w/index.php?title=El_amor_de_los_amores&action=edit&section=1)]

    ¿Cómo te llamaré para que entiendas
    que me dirijo a ti ¡dulce...