Casóse Dora la bella
con Dido, y Dido intentó,
la noche que se casó,
hacerle un hijo, hijo de ella.
Como pasó mala noche
aquella en que fue casada,
se levantó al otro día con
toda la cara ajada.
Desde que le vio su padre
con el semblante perdido,
enojado le pregunta:
-¿Quién te ha casado, hijo Dido?
Un hijo piden a Dora
los de su casa cantando,
y Dido le dice a Dora:
-¿Hijo piden? Hijo damos.
Para pan y para aceite
a Dora y Dido pidieron,
y fueron tan liberales
que con gran despejo dieron.