La melancolía

Hoja solitaria y mustia, que de tu árbol arrancada, por el viento arrebatada triste murmurando vas, ¿do te diriges? —Lo ignoro, de la encina que adornaba este prado, y me apoyaba, los restos mirando estás. Bajo su sombra felice las zagalas y pastores cantaban, y sus amores contenta escuchaba yo, Nise; la joven más bella que jamás ornó éste prado tal vez pensando en su amado, en el tronco se apoyó. Mas contrastada la encina por huracán inclemente abatió su altiva frente dejándose despojar. Desde entonces cada día raudo el viento me arrebata, y aunque feroz me maltrata ni aun oso quejarme de él. Voy, de su impulso llevado del valle a la selva umbrosa, do van las hojas de rosa y las hojas de laurel.

Collection: 
1823

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Dulce memoria de la prenda mía tan grata un tiempo como triste ahora, áureo cabello, misterioso nudo Ven a mi labio. ¡Ay! ven, y enjugue su fervor el llanto en que tus hebras inundó mi hermosa, cuando te daba al infeliz Fileno mísero amante. Lágrimas dulces, de mi amor consuelo, decidme siempre...

Planeta de terror, monstruo del cielo, errante masa de perennes llamas que iluminas e inflamas los desiertos del Éter en tu vuelo; ¿Qué universo lejano al sistema solar ora te envía? ¿Te lanza del Señor, la airada mano a que destruyas en tu curso insano del mundo la armonía? ¿Cuál es tu origen,...

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Templad mi lira, dádmela, que siento
En mi alma estremecida y agitada
Arder la inspiración. ¡Oh! ¡cuánto tiempo
En tinieblas pasó, sin que mi frente
Brillase con su luz...! Niágara undoso,
Tu sublime terror sólo podría
Tornarme el don divino, que ensañada...