-¡Vamos, viejo?
-No voy, no voy hermano.
Ando medio pesáo de la cabeza,
Y cuando estoy ansina, hasta una broma
Se me hace que es ofensa...
Vaya no más usté; pa mi no tienen
Ni un poquito de gracia las carreras
Dende aquella ocasión en que el cacique,
Que dentraba en la penca,
Me retó como a un negro en el camino
Por no sé qué zoncera...,
Me retó porque tráiba
Consigo toda la perrada hambrienta,
¡La perrada baguala que en el gáucho
Ve el pan que no se vende en esta tierra!...
Vaya no más usté; yo ya soy viejo
Y a gatitas me quedan
Las posturas... y el alma que no afloja
Ni a náides en el mundo se le duebla.
¿Pa qué vi a dir? Pa que cualquier milico-
¡Un guacho que recién largó la teta!-
Me peche el macarrón, o le acomode
La culata del máuse en la cabeza?
No porque una ocasión me haiga hechgo el chancho
Ví' aguantar los rezongos de una trompeta;
¡Que hasta gana e mojar me dentra a veces,
Aunque a gatas arrastro la osamenta!
Déje no más, déje no más que el viejo
Se quede en sus taperas,
Viendo pasar por las cuchiyas verdes,
Las alegres visiones con que aún sueña;
Que no sepa ese ombú donde ha colgado
Su guitarra sin cuerdas,
Ande otro tiempo recostó su lanza,
Al volver vencedora la guerra,
Que al que jamás ha conocido el miedo
Lo retó en las carreras,
Un comisario de esos de bombiya
Que no se anda con güeltas
Pa atracarnos el código a los gáuchos:
"El pan que no se vende de esta tierra".
1899