AL VIEJO CALISTO ÑATO
Con el sombrero en la mano
Y la frente medio gacha,
Porque conozco la hilacha
De su numen soberano,
Vi'a confesarle, paisano,
que si me atrevo a pyar,
Es no más que pa encelar
Al ave que en su garaganta
Me entusiasma cuando canta
Cual náides sabe cantar.
¡Ah viejo! si para mí
Entre sus labios sin hiel
Las avispas p'hacer miel
Colgaron un camoatí,
No de balde canta ansí
Quien por los años vividos
Debía de dar por perdidos
El óido y la inspiración,
Priendas que, de juro, son
Pa guachos ayer nacidos.
Musa linda de adeveras
la que nunca se envejece;
Güen rosal el que florece
En tuitas las primaveras;
Güen palo el de las cumbreras
Que, burlando los rigores
De los inviernos traidores,
Ha visto en muy largas horas
Renovarse las totoras
Y morir los quinchadores.
De fijo cuando domaba
Sabía elegir por la hebra,
Y a la que era medio quiebra
Despacito lidiaba.
Bien se ve que jué su taba
De las que siempre echan suerte,
Eso cualquiera lo advierte
al óir, viejo, su guitarra,
A la que entuavía se agarra
la pasión con ñudo juerte.
Yo, aunque no juí domador,
A alguna que era ariscona
La golpié con la carona
Hasta sacarle el temblor;
Yo, con bozal potriador
De cuero como garrote,
Le hice bajar el cogote
A más de una cabortera,
Que salió de la manguera
como una seda y al trote.
Pero -¡ay viejo!- hubo potranca
De esas mansitas de abajo,
Que me levantó de cuajo
Y me largó por el anca...
Del golpe de una lunanca
Nunca podré olvidar...
¡La viera usté disparar
Desparramando el recáo
Con el marlo enarboláo
Relinchando a reventar!...
¿Sabe cuál era, aparcero?
La que en la vida se doma,
La que retoza en la loma
De nuestro ensueño primero;
La que no almite el apero
Del que más la solicita,
La que da la sé infinita
Que agua ninguna apaga,
La que cual música vaga
En las canciones palpita.
La que, sigún me han contáo,
Amaron ayá en Uropa
Muchos como el Juan Sin Ropa
De los versos de Obligáo,
La que el Quijote mentáo
Vido en la pamapa manchega,
La que al gaucho que le ruega
No quiere ni aproximarse,
La que quería despertarse
Al beso de santos Vega.
La que al venir la mañana,
Cuando náides la importuna,
Se aparece en la laguna
Como la "Gaucha" de Viana;
La camperita inhumana
Que frunce mi ceño fiero,
La que conoce el pulpero
Por el canto de la güeya,
En fin,la chiruza aqueya
De la trenza pa mi overo.
.........................
Ya sabe viejo el por qué
En mis "tristes" y en mis "cielos"
No hay no más que ansias y celos
Y ni un poquito de fé;
Como un guacho cabrestié
Al costao de una visión,
Y, hoy, viejo y sin ilusión
Cansáo y medio maceta,
Compriendo que aqueya teta
Ni siquiera jué chupón.