En un pedernal Anarda
El fuego solicitó,
¿Cómo pide al pedernal
Lo que pudiera a mi amor?
De la piedra saca el fuego:
Que es costumbre del ardor
Sacar fuego una belleza
Cuando es piedra un corazón.
La piedra hiriendo, y las almas,
Las heridas confundió,
Pues ambas de Anarda viven,
Pues ambas de fuego son.
Cuando mueren las centellas,
Estrellas las juzgo yo,
Que allí caduca su luz,
Porque allí brillaba el Sol.
Si no es ya, que en tanta nieve
De su florido candor
Desmayó cada centella
Cuando tanta nieve vio.
Cada centella una dicha
De Amor juzga mi pasión,
Cuando hermosa se produjo
Cuando breve se extinguió.
Sale el fuego, y cuando sale
El vómito abrasador,
No es de la piedra virtud,
Es de sus ojos acción.
Hizo en fin la lumbre, y luego
La compara el niño Dios
Con la lumbre en su lucir,
Con la piedra en su rigor.