En las orillas del Tajo,
Donde un jardín se compone,
Siendo espejo los cristales,
Siendo vestido las flores;
Desdenes padece Tirse
Tirse, que es en glorias dobles,
Bello agravio de Narciso,
Galán desprecio de Adonis.
Siempre escollo en sus durezas
Nise le fulmina amores;
Áspid hermoso del prado,
Divino Tigre del bosque.
Nise aquella, cuyos ojos,
Por verdes, y brilladores,
Son dos fuegos de esmeralda
Son dos Abriles de soles.
Por su Tetis, por su Aurora
Le aclaman por mar, por montes
Del agua escamosas turbas,
Del aire emplumadas voces.
Ya de Tirse los cuidados,
Y males parecen robles,
Los cuidados por altivos,
Los males por vividores.
De Nise ausente aun le presta
Su pensamiento colores:
Que cuando el Sol se retira,
Nunca faltan arreboles.
Dos firmezas desiguales
Igualan ambas pasiones,
En ella de ingratas iras,
En él de finos ardores.