Una noche de enero,
estaba calentándose al brasero
una joven casada,
la ropa a las rodillas remangada,
porque así no temía
quemarse en tanto que labor hacía.
De este modo esperaba a su marido,
que era un pobre artesano,
mientras entretenido
un chico que tenía, por su mano
castañas en la lumbre iba metiendo
y el...