• Infinito deseo de alas,
    continuas nostalgias de vuelo:
    corazón mío que te exhalas
    como grano de mirra al cielo.

    Beso, rosa, mujer y lira:
    ya sé la vanidad de todo;
    sé de la sierpe que conspira
    contra la estrella, desde el lodo;

    de la penumbra en que su flecha
    aguza deidad vengativa;
    del ojo del caos que acecha
    nuestra miseria...

  • Mi corazón solloza en su prisión sombría
    y endulza, suspirando, la noche de su encierro;
    mi alma es un ave lírica de un parque de Harmonía
    cuyas almas, cautivas, golpean contra el hierro.

    Señor: ¿no saldrá mi alma de su prisión obscura...?
    ¿Nunca veré el celeste país que me ofreciste...?
    Ansío paz, la paz que tu evangelio augura...
    ¡Tan grande es mi...