Está Lisete, la Infantina,
cerca del mar,
escuchando la sonatina
crepuscular.
Y una azafata dice: Dueña
te contaré
una leyenda, alba risueña,
que yo me sé.
Responde la niña con leve,
dulce mohín,
y ya impaciente mueve el breve,
rojo chapín.
—El viejo Rey de la Isla de Oro
poseía
un rubio y cándido tesoro...