• ¡Ay, cómo el llanto de mis ojos quema!...
    ¡Cuál mi mejilla abrasa!...
    ¡Cómo el rudo penar que me envenena
    mi corazón traspasa!

    Cómo siento el pesar del alma mía
    al empuje violento
    del dulce y triste recordar de un día
    que pasó como el viento.

    Cuán presentes están en mi memoria
    un nombre y un suspiro...
    Página extraña...