• ¡Cuán solitaria la nación que un día
    Poblara inmensa gente,
    La nación cuyo imperio se extendía
    Del Ocaso al Oriente!
    ¡Lágrimas viertes, infeliz ahora,
    Soberana del mundo,
    Y nadie de tu faz encantadora
    Borra el dolor profundo!
    Oscuridad y luto tenebroso
    En ti vertió la muerte,
    Y en su furor el déspota sañoso
    ...