Mientras ufana la risa
de tus labios no se aleje,
si quieres que te aconseje
¡ama aprisa!
Con raudo mariposeo
se va de esta a aquella flor
en las alas del deseo,
libando el licor hibleo del amor.
¡Seres y cosas felices
jamás tuvieron raíces!
Se ven marchitas las rosas
y mustias las margaritas...
¡Pero no se ven...