• Subió la Infanta a la terraza,
    a la sombra del abedul,
    y delataron su presencia
    mariposas de alas de tul.

    Irguió columnas de diamante
    el melodioso surtidor,
    soñanado serle blanda alfombra
    agonizó más de una flor.

    Para poder en sus pestañas
    de seda rubia, se asilar
    el crepúsculo tembloroso
    prolongaba su agonizar.

    De...