• A Juan Verdesoto

    Va ligera, va pálida, va fina,
    cual si una alada esencia poseyera.
    Dios mío, esta adorable danzarina
    se va a morir, se va a morir ... se muere.

    Tan aérea, tan leve, tan divina,
    se ignora si danzar o volar quiere;
    y se torna su cuerpo un ala fina,
    cual si el soplo de Dios lo sostuviere.

    Sollozan perla a perla...