Con el frú-frú sedoso de femenil enagua
deshilaba en la costa sus encajes el agua...
¡Oh, la isla melodiosa!
surgía de las ondas como una enorme rosa
primaveral, o el cuerpo de la niña;
era la voluptuosa
isla donde vendimia Amor su roja viña...
¡Oh, ingenuas albas! ¡Oh, inocencias! Era
en la frescura de la Primavera
blanca de lirios...