fue de escudero Pachín
con el abad de la aldea
de Serín.
Para hacer un relicario
juró traer a su amor
un pedazo del sudario
del Señor.
Pero Pachín ¿no sabría
que, si Dios bajó a morir,
volvió al cielo al tercer día
a subir?
Y si la tumba sagrada
no encerró a...
Va una mariposa bella
volando de rosa en rosa,
y de una en otra afanosa
corre una niña tras ella.
Su curso, alegre y festiva,
sigue con pueril afán,
y con airoso ademán
la mariposa se esquiva.
A veces con loco intento
quiere hacer presa en sus galas,
y, en vez de tocar sus alas,
toca las alas del viento.
Y su...
A mi querida prima Jacinta White de Llano,
en la muerte de su hija
¡Pobre Carolina mía!
¡Nunca la podré olvidar!
Ved lo que el mundo decía
viendo el féretro pasar:
Un clérigo. Empiece el canto.
El doctor. ¡Cesó el sufrir!
El padre. ¡Me ahoga el llanto!
La madre. ¡Quiero morir!
Un...
Aquellas niñas hermosas
que en suma beldad conformes,
teniendo la tez cual nieve,
tengan los ojos cual soles,
y el alma sintiendo, tiernas,
herida de mal de amores,
tanto les falte de esquivas,
cuanto de bellas les sobre,
salgan al campo conmigo
ricas de gracias, adonde
favor al mayo risueño
las brinden, con gracias...
el ser de muchas cosas.
¿Como quieres tener en tu alquería,
si matas los gusanos, mariposas?
Cultivando lechugas Diocleciano,
ya decía en Salermo
que no halla mariposas en verano
el que mata gusanos en invierno.
¿Por qué hacer a lo real tan cruda guerra,
cuando dan sin medida...
te vi en misa rezar con santa calma,
y dije para mí:-¡Del mal el menos:
da el cuerpo al diablo, pero a Dios el alma!
que el alma de un moribundo
piensa, más que en este mundo,
en Dios y en la salvación.
Oye, Leonor, la canción
que hirió el pensamiento mío
al son del eco sombrío
de mi funeral campana:
-"CUCU, cantaba la rana,
CUCU, debajo del río."
Partiste, y del sentimiento
en cama...
"O vienes o me voy. ¡Te amo de modo
que es imposible que yo viva, hermosa,
un mes lejos de ti!
¡Mi amor es tan profundo, tan profundo,
que te prefiero a todo, a todo!..."
Y ella exclamó: -¡No hay nada en este mundo
que él quiera como a mí!
Mas pasan unos meses, y la escribe:...
Murió por ti; su entierro al otro día
pasar desde el balcón juntos miramos,
y, espantados tal vez de tu falsía,
en tu alcoba los dos nos refugiamos.
Cerrabas con terror los ojos bellos;
el requiescat se oía. Al verte triste,
yo la trenza besé de tus cabellos,
y--¡Traición! ¡Sacrilegio!—me dijiste.
Seguía el de profundis, y gemimos...
El...
con frío, con hambre y pena
piden en la Nochebuena
una limosna por Dios.
¡ Hoy los ángeles querrán,
la madre a su hija decía,
que comamos, hija mía
por ser Nochebuena pan!
Y al anuncio de tal fiesta,
abre la madre el regazo
y junto a él, a aquel pedazo
de sus entrañas acuesta...