Mientras tendido el gladiador, los ojos
vuelve espirantes a la dulce patria,
desde el sangriento circo do de rosas
el Pueblo-rey ceñido, de matanza
ávido ruge y de placeres monstruos
que adormezcan su hastío... ¿esa montaña
veis allá lejos de verdor vestida
de fresco bosquecillo coronada?
Niños y pobres, a su sombra, atentos
clavan los...