• A su paso por Ambato.

    I

    ¿Qué misteriosa magia, dulcísimo poeta,
    se encierra en tu inflamado y hermoso corazón,
    que el mío deleitando le atrae, le sujeta,
    y al par le comunica su fuego abrasador?

    ¿Por qué del alma tuya la mía aficionada
    quisiera a sus destinos los suyos aunar,
    y en su delirio insano verse a la vez lanzada...

  • ¡Hirviendo está en mi pecho la alegría!
    Partid, vientos veloces,
    desde las sierras de la Patria mía
    llevando a España mis ardientes voces.

    Pasó ya el tiempo de sangrienta lucha,
    cual de turbión las olas;
    ya del sañudo Marte no se escucha
    el grito aquí ni en playas españolas.

    Ya no hay brazo cruel que acero vibre
    a herir pecho de hermano...

  • Canto a los ilustres viajeros M. M. Wilhelm Reiss y Adolph Stübel, con motivo de su ascensión al Cotopaxi y al Tungurahua.

    En otros tiempos los sublimes vates,
    del estro divinal arrebatados,
    dioses y héroes cantaban, en combates
    estupendos mezclados,
    cuyo espantoso estruendo
    hasta el trono de Jove estremecía;
    o bien, de audacia llenos,...

  • Siempre avara conmigo la fortuna
    de mi alcance sus dones ha alejado;
    a perpetua pobreza condenado
    por un capricho fui desde la cuna.

    Mis locas esperanzas, una a una,
    cual seductores sueños han pasado;
    pero nunca en mis ansias he llevado
    al pie de esa deidad queja importuna.

    Con otro don divino estoy contento,
    no comparable a material...