• Ya vuele errática y ligera,
    ya pesque al ras un renacuajo,
    con el más sorprendente tajo
    corta los aires su tijera.

    No se oculta ningún tesoro
    bajo el paño gris de su capa;
    pero su gorra negra tapa
    un eréctil capullo de oro.

    Su nido expone al huracán
    en el gajo más fino y alto,
    de donde ve sin sobresalto
    al carancho y al...